SIN FRENOS

No necesito a nadie que me diga,

Lo que está bien o mal, ni quien merece

Reinar en mis insomnios o compartir mi almohada.

Lo que cuenta es vivir, guste o no guste.

Esto no es un concurso de la tele,

Ni un engorroso examen de posgrado.

Estoy donde y con quien se me apetece,

Con o sin sentimientos. No me culpen

por no ser el que fui. Si soy tan frío,

es porque el corazón me lo arrancaron.

ESCRITO SOBRE CAL Y ARENA

La cal del viejo techo, en el que escribo

Con miradas de fuego o de cenizas,

Se va resquebrajando día tras día,

Ya apenas queda nada de lo escrito.

Jesucristo escribió sobre la arena,

Signos que se borraron para siempre.

Las llamas devoraron las simientes

Atesoradas en Alejandría.

No merecen salvarse del olvido,

Las palabras que junto cada noche,

Paja que se entremezcla con el trigo,

Tristeza, vanidad, dolor, reproches.

Los inviernos del alma son tan fríos,

Que hasta al amor congelan.

Sin esperanzas para hinchar las velas,

De nada sirve este verbal derroche.

A nadie va a importarle lo que digas,

Ni te salvan los versos ni la rima,

De la helada corriente que te arrastra,

Por el sinuoso cause del presente.

PENULTIMA BATALLA

¿En una guerra interminable y cruenta,

qué importa ya perder otra batalla,

Que no será la última? Al final,

Sumar victorias o restar derrotas,

No significa nada, y lo que importa

Es mantenerse en pie, mientras se pueda

Y afrontar cara a cara al infortunio, 

cuando ignoras, si ganar es perder. 

BUENOS PROPOSITOS

Desbrozar la memoria,

Limpiar el alma de cacharros viejos,

Ponerles fin y abandonar historias,

Que si no son es porque nunca fueron.

Desterrar la nostalgia,

Clavar los pies en el helado suelo,

Siempre es mejor, si no se tienen alas,

Quedarse en tierra que aspirar al cielo.

Dejar que la esperanza

Se vaya marchitando con el tiempo,

Sin despertar al corazón dormido,

Y que el olvido borre los recuerdos.

COLIBRÍ

                                                         

A Paulina Soledad Jaramillo

Me alegra el corazón

El aleteo de tus pestañas cuando despiertas,

Tu sonrisa marina, de coral y de espuma,

El brillo de tus ojos que encienden la mañana,

Tus manos, sembradoras de versos,

La sedosa cascada de tu pelo,

Y ese rubí gigante y generoso, que llevas en el pecho.

PUNTO Y FINAL

Palabras oscuras,

Sonrisas de hielo,

Y un dolor que hiere

Desgarrando el pecho.

La verdad desnuda,

Descarnado espectro,

Acosando al alma

Como un lobo hambriento.

En el cementerio

De los sentimientos,

Enterré esta noche

Todos mis recuerdos.

Ya no habrán más lunas,

Gorriones ni versos,

Ni parques ni fuentes

Ni ocasos de fuego.

Se borro tu nombre

De mi pensamiento.

Y olvidé tu cara,

Tus labios, tu pelo,

La luz de tus ojos,

Tu voz, tus silencios,

Con tu último golpe

Me has dejado ciego.  

MEJOR CALLAR

De todos los adioses de mi vida

Hay uno que me hiela las entrañas,

Imposible inventarse peor patraña,

Que aquella cruel y absurda despedida.

Afirman que la fe mueve montañas,

Pero no se movieron aquel día.

Ya ni siquiera el corazón se engaña,

No hay esperanzas, nunca serás mía.

Peor que la muerte y su voraz guadaña,

Es esta interminable letanía

De reproches, que siembra la cizaña

Donde antaño sembramos alegría.

Mejor callar cuando el dolor empaña

Las palabras hirientes y baldías,

¿De qué vale pugnar con tanta saña,

Sólo por prolongar esta agonía?

Si ni siquiera el corazón se engaña;

Sabe muy bien que nunca serás mía.  

LAS SEIS (LA HORA DORADA)

Hay para mí una hora en los relojes,

Que me invita a soñar si estoy despierto,

Y a despertar del sueño cuando duermo.

Las otras veintitrés tienen su encanto,

Pero esta es especial, la tengo impresa

Dentro del corazón y la memoria.

Se me fueron las ganas de los ojos,

Se me helaron las manos, y tu ausencia

Me llevó a aborrecer los calendarios.

Soy la sinuosa estela de un recuerdo,

Que en la más recta de las horas, siente

Renacer la esperanza, día tras día,

De que el pasado vuelva a ser presente.

CATARSIS

Ya me cansé de tanta hipocresía,

De no dar rienda suelta a lo que siento,

De bajar la mirada, de esconderme,

De vivir camuflado en el silencio.

Si es preciso nadar contra corriente,

Batir las alas, desafiar al viento.

Jugarse el alma en la última partida,

Quemar las naves, batallar de nuevo,

Pondré todo mi empeño en el intento.

Mejor perder, si el corazón se engaña,

que vivir maniatados por el miedo.

VERSOS DE ESPUMA

Miró al mar y se dio cuenta

Que el mar lo estaba mirando.

Escribió versos de espuma;

El mar los fue recitando.

Las olas pasan y mueren,

Los hombres lloran y ellas

Van recogiendo su llanto.

Acaso nunca regrese

La que has esperado tanto.

Diálogo de carne y agua,

La luna como notario

Que certifica lo dicho

En los pliegues de un sudario,

Se ocultó tras una nube;

También estaba llorando.

DESAHUCIO

Que mi vida es mía, y en ella por tanto

Sólo yo decido, dicto, ordeno y mando.

Y a quien no le guste, se puede ir mudando.

Mudando de alma, mudando de ojos,

De orejas de labios, de lengua de dientes,

De pies y de manos, se puede ir mudando.

No retengo a nadie, lo estoy avisando,

Quien quiera mudarse se puede ir mudando

De voz de silencio, de besos de abrazos,

De dudas de sueños, se puede ir mudando.

Mejor es mudarse que andar esperando

Lo que nunca llega, lo que está vedado.

En vez de quejarse múdense al pasado,

Salgan de mis noches, váyanse al carajo.

Llévenselo todo, no acepto regalos.

Despejen mi vida, mi cama, mi armario,

Todos mis recuerdos, y salten del barco,

Que las ratas huyen siempre en los naufragios.

Con sangre y con bilis firmo su desahucio,

Y a quienes le pique que no coman ajos.

NAVEGAR EN PALABRAS

Si siempre he navegado por un mar de palabras,

Ahora naufrago en él, cuando las tuyas

Son un pesado lastre que atesoro y no entiendo.

Tender a diario puentes que no hemos de cruzar.

Sortear en vano, arrecifes de incomprensión y ausencia,

Llevar en la bodega bellos amaneceres compartidos,

Tantos besos, recuerdos, ilusiones, promesas…

¿De qué sirven ahora, cuando el silencio es una espesa niebla?

Si el faro del amor ya no nos guía como antaño hasta puerto;

Si día tras día arrecia la galerna, y el corazón no sabe ya qué rumbo

Seguir, para salvar del pavoroso abismo, las pocas esperanzas que nos quedan,

¿Ya todo está perdido? Pues dilo claro, y sálvese quien pueda.

  

INVENTARIO DE SUEÑOS

Me críe entre gaviotas, algas y espuma,

Sembrando huellas sobre la arena,

Con el sol y la sal por vestimenta.

Junto a un mar esmeralda viví la luna,

Con Neruda en las manos,

Embriagado de versos y de cerveza.

¡Cómo recuerdo la piel dorada y fresca

De mi primer amor!

He olvidado su nombre.

Con sus besos salobres,  

Y la melancolía,

De sus ojos profundos como las penas,

Me enseñó, en una noche,

Que dos pueden ser uno,

Y que siempre las otras, serían ella.

Nunca, después de entonces,

He tenido en los brazos a una sirena.

Ahora, mi vida, es gris cemento,

asfalto, lodo y cenizas,

pero muy dentro, donde no llega nadie,

conservo el paraíso de aquellos días.  

COMO EL AGUA EN LOS RIOS

Todos se acaban yendo como el agua en los ríos,

Mientras sigo en la orilla soñando que regresan

Del proceloso mar al que se han ido.

Es posible que ellos también sientan lo mismo,

Y me vean alejarme mientras yo me despido.

Porque somos iguales pese a ser tan distintos,

Con razón o sin ella, hemos matado;

Por piedad o conveniencia, hemos mentido.

Ya que así son las cosas, ¿de qué vale quejarse?

Cuando me quemo, la culpa no es del fuego,

Ni es responsable el hielo de ser frío.

MAS ALLA DE LOS OJOS

Si siempre lo negué hoy lo aseguro,

Aunque mis ojos no puedan mirarte,

Mi alma siempre te ve mientras te sueño,

Para después, despierto, recordarte.

Porque el amor desborda los sentidos,

Cuando los ciega la visión de un ángel,

No preciso saber si me has querido,

Ni tenerte a mi lado, para amarte.

CUANDO TODOS SE VAN

Cuando todos se van ya no estoy solo,

-Estando acompañado no es lo mismo-

Porque mi soledad se queda fuera,
Si estoy conmigo para estar contigo.

Cuando todos se van siempre regresas

Como un gorrión cansado a nuestro nido,

A borrarme del alma la tristeza

Con la música dulce de tus trinos.

Cuando todos se van en mi memoria

Festejamos habernos conocido,

Y el tiempo se transforma en una noria

Donde el ayer es hoy y el hoy camino.

CONSUMACIÓN

Se eclipsaron las lunas en mi memoria;

El tiempo perezoso desgrana las ausencias,

Y se quiebran mis sueños como copas vacías.

Cuando llegue el momento acudiré a la cita

Con poco que legarles a los que me olvidaron,

Si acaso, los silencios que he atesorado en vida.

No hay excusas ni ganas de desandar lo andado,

De arar en pedregales y malgastar semillas.

De hacer lo que no hice porque no me dejaron,

O no pude o no supe ser otro que yo mismo.

Reconocí mi culpa; Nadie me ha condenado.

Si ya nada les pido no me pidan milagros.